Es decir, la mayoría de las páginas que aparecen en este sitio están inscritas en una tendencia muy minoritaria de la historieta (prácticamente nula en Argentna) y, por lo tanto, con seguridad no gustarán a la mayoría de los mortales. El autor es consciente de ello; sin embargo, intenta hacer aquello que le interesa y gusta leer. También es consciente de sus amplias limitaciones técnicas (y de las otras): su capacidad para el dibujo y sus conocimientos sobre el qué hacer en historieta son realmente pobres; pero es un ladrón de gallinas o un kamikaze y las hace igual.
Un poco de historia
Años más tarde hubo un intento de reflotar el proyecto en papel, pero nuevamente por cuestiones económicas no fue posible. Eran tiempos de Fotolog, así que hizo el previsible salto hacia la web. En esa oportunidad, los textos de elaboración propia se hicieron cada vez más frecuentes, hasta ser los únicos publicados. No obstante, las características propias de la plataforma se convirtieron en una limitante y por completo inadecuadas. Por tal razón, el paso por dicho soporte fue realmente breve. De esta manera, hacia abril de 2008, comenzó a publicarse en la plataforma en que lo hace hasta el día de hoy.
Durante los primeros meses de esta nueva etapa, Fin de otoño continuó con el espíritu literario que tenía desde sus inicios como fanzine, sin embargo su autor desde hacía ya tiempo estaba volcándose con mayor frecuencia hacia un medio de comunicación que hasta entonces practicaba de tanto en tanto (si bien lo había hecho mucho en su infancia y primera adolescencia), por lo que la literatura empezó a caer progresivamente a un segundo plano. Como resultado de ello, las actualizaciones se hicieron cada vez más esporádicas hasta llegar a paralizarse totalmente. Esto se tradujo en la transformación definitiva de los objetivos del sitio. Unos meses más tarde, ya en 2009, el blog deja de publicar literatura más o menos de manera permanente, para volcarse decididamente hacia la historieta. Esto no significó, claro, que el autor renunciara por completo a la literatura, pues siguió practicándola aunque de manera ocasional.
Las primeras historietas publicadas rondaron lo humorístico o semi-humorístico y lo sentimentaloide (o directamente cursi), pero más bien pronto, las temáticas y el estilo fueron mutando, haciendo un tránsito más o menos acelerado hacia el tipo de historieta que se publica mayoritariamente en la actualidad. La influencia de una variedad de autores (dentro y fuera de la historieta -particularmente de la cinematografía-), más un súbito interés por la semiótica, fueron esenciales para ello.